Sensibilidad antimicrobiana de aislamientos en pacientes ingresados en el Hospital "Salvador Allende" entre agosto y diciembre de 2015

ARTÍCULO ORIGINAL

 

Sensibilidad antimicrobiana de aislamientos en pacientes ingresados en el hospital "Salvador Allende" entre agosto y diciembre de 2015

 

Antimicrobial susceptibility of isolates from patients admitted to Salvador Allende hospital from August to December 2015

 

 

Lorena Monté CeperoI, Raiza Martínez CasanuevaI

IHospital Clínico Quirúrgico "Salvador Allende". La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

Introducción: Los antibióticos han revolucionado la práctica de la medicina clínica al permitir avances en todo su espectro; sin embargo, el desarrollo de la resistencia bacteriana amenaza con obstaculizar y revertir algunos de estos avances.
Objetivo: Determinar la sensibilidad antimicrobiana de los microorganismos aislados en muestras de pacientes ingresados en el hospital "Salvador Allende" durante el período de agosto a diciembre de 2015.
Métodos: Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal. Se realizaron los antibiogramas y se interpretaron según el método de Kirby-Bauer según las indicaciones del Instituto de Estándares de Laboratorios Clínicos.
Resultados: Los microorganismos que más se aislaron fueron: E. coli, Pseudomonas spp., S. aureus, A. baumannii y E. aerogenes. Menos del 50 % de las cepas de E. coli fueron sensibles a ampicillín/sulbactam, cefazolina, cefuroxima, ceftriaxona, tetraciclina, cotrimoxazol y ácido nalidíxico. Más del 90 % de Pseudomonas spp. fueron sensibles a cefepime e imipenem; S. aureus mostró una alta sensibilidad a aminoglucósidos, cloranfenicol, cotrimoxazol y tetraciclina, y 97 % y 86 % de resistencia a la penicilina y a la eritromicina, respectivamente. Fue sensibles a imipenem y cloranfenicol el 91 % de las cepas de E. aerogenes.
Conclusiones: Escherichia coli y E. aerogenes mostraron baja sensibilidad a las cefalosporinas de tercera generación, lo que está en relación con la actividad de las enzimas betalactamasas. La alta sensibilidad de Pseudomonas spp. a cefepime, imipenem, ciprofloxacina y piperazillina/tazobactam hace que estos medicamentos sean recomendables como buenas opciones de tratamiento. Fue alta la resistencia de A. baumannii a casi todos los antimicrobianos y una proporción importante de las cepas de S. aureus fue resistente a la meticillina.

Palabras clave: Cuba; sensibilidad antimicrobiana; E. coli; S. aureus; A. baumannii; Pseudomonas spp.; meticillina.


ABSTRACT

Introduction: Antibiotics have revolutionized clinical practice fostering advances across its entire spectrum. However, bacterial resistance threatens to hinder and revert some of those advances.
Objective: Determine the antimicrobial susceptibility of microorganisms isolated from patients admitted to Salvador Allende hospital from August to December 2015.
Methods: A cross-sectional descriptive study was conducted. Antibiograms were obtained and interpreted by the Kirby-Bauer method in compliance with instructions from the Clinical and Laboratory Standards Institute.
Results: The microorganisms which isolated the most were E. coli,Pseudomonas spp., S. aureus, A. baumannii and E. aerogenes. Under 50 % of the E. coli strains were sensitive to ampicillin/sulbactam, cefazolin, cefuroxime, ceftriaxone, tetracycline, cotrimoxazole and nalidixic acid. Over 90 % of the Pseudomonas spp. were sensitive to cefepime and imipenem; S. aureus showed high sensitivity to aminoglycosides, chloramphenicol, cotrimoxazole and tetracycline, whereas 97 % and 86 % were resistant to penicillin and erithromycin, respectively. On the other hand, 91 % of the E. aerogenes strains were sensitive to imipenem and chloramphenicol.
Conclusions: Escherichia coli and E. aerogenes displayed low sensitivity to third-generation cephalosporins, in keeping with the activity of beta-lactamases. The high susceptibility of Pseudomonas spp. to cefepime, imipenem, ciprofloxacin and piperazillin/tazobactam makes these drugs recommendable as good treatment choices. A. baumannii displayed high resistance to almost all antimicrobials, whereas a considerable proportion of S. aureus strains were resistant to meticillin.

Key words: Cuba; antimicrobial susceptibility; E. coli; S. aureus; A. baumannii; Pseudomonas spp.; meticillin.


 

 

INTRODUCCIÓN

Los antibióticos han revolucionado la práctica de la medicina clínica al permitir avances en todo su espectro; sin embargo, el desarrollo de la resistencia bacteriana amenaza con obstaculizar e incluso revertir algunos de estos avances,por lo que se ha convertido en un problema mundial.1

La resistencia a los antimicrobianos ocurre a través de mecanismos como la selección natural de mutantes resistentes y la transferencia horizontal de genes, y su evolución es el resultado de la intervención humana, debido en gran medida a la introducción de los antibióticos. Su uso incorrecto, ya sea por prescripción inadecuada, por uso fuera del sector de la salud o por la venta inapropiada, ha acelerado este fenómeno.1-3

Además de medidas clave como optimizar la selección de antibióticos y reducir el uso inadecuado de los de amplio espectro, la vigilancia desempeña una función fundamental en la carrera contra el incremento de la resistencia antibiótica, ya que permite recoger datos de forma sistemática para su divulgación e interpretación y reconocer los incrementos de la resistencia a determinados microorganismos.

El primer paso dentro de esta vigilancia es realizar los antibiogramas, una de las actividades fundamentales en los servicios de Microbiología Clínica. El antibiograma o estudio de sensibilidad es una herramienta de gran utilidad para el médico clínico porque, por una parte, facilita la elección de las opciones terapéuticas más adecuadas para cada paciente y, por otra, es la base para confeccionar el mapa microbiano o informe acumulado de sensibilidad, porque al reunir datos procedentes de la observación de un gran número de microorganismos facilita la selección de los tratamientos empíricos.

Es por ello que el objetivo de este trabajo es determinar la sensibilidad antimicrobiana de los microorganismos aislados en muestras de pacientes ingresados en el hospital "Salvador Allende" durante el período de agosto a diciembre de 2015.

 

MÉTODO

Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal para determinar la sensibilidad antimicrobiana de los microorganismos aislados en pacientes ingresados en el hospital "Salvador Allende" durante el período de agosto a diciembre de 2015. Se incluyeron solamente los resultados de los antibiogramas de los primeros aislamientos de muestras de pacientes ingresados en el período de estudio, es decir, no se tomaron en cuenta los resultados de los antibiogramas de microorganismos ya aislados previamente en el mismo paciente y en el mismo sitio anatómico. También se excluyeron los resultados de los antibiogramas que mostraran fenotipos raros o imposibles con respecto al microorganismo aislado.

Los procedimientos técnicos para aislar e identificar los microorganismos se realizaron siguiendo los protocolos establecidos para el trabajo en el laboratorio de microbiología, los antibiogramas se efectuaron según el método de Kirby-Bauer, y para su lectura e interpretación se siguieron las indicaciones del Instituto de Estándares de Laboratorios Clínicos (CLSI por sus siglas en inglés).4

La detección de cepas de Staphylococcus aureus resistentes a la meticillina (SARM) se realizó utilizando el disco de Cefoxitina de 30 µg. Para el control de los resultados, al no contar con las cepas ATCC 25923 y ATCC 43300, controles negativo y positivo respectivamente,4 se utilizaron dos cepas de S. aureus con susceptibilidad y resistencia a la meticillina determinadas previamente.

De los libros de registro del laboratorio de microbiología se obtuvo la información de los antibiogramas realizados y se calcularon las frecuencias absolutas y relativas.

Aspectos éticos: Para diseñar y realizar este estudio se tuvo en cuenta la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial. No se utilizó información personal de los pacientes.

 

RESULTADOS

En el período de estudio se aislaron 262 microorganismos, 218 gramnegativos y 44 grampositivos. Los más frecuentes fueron Escherichia coli (24 %), Pseudomonas spp (19 %), Staphylococcus aureus (13 %), Acinetobacter baumannii (7 %) y Enterobacter aerogenes (5 %) (Tabla 1).



La sensibilidad de estos microorganismos a los antimicrobianos se muestra en la tabla 2.

Los discos de ampicilín/sulbactam, piperazillina/tazobactam, cefuroxima, ceftriaxona, cefotaxima, cefepime, imipenem, aztreonam, tetraciclina y amikacina no se colocaron en los antibiogramas de las enterobacterias de muestras urogenitales, ya que no se recomienda su uso de rutina en este tipo de muestra.

Escherichia coli: Más del 90 % de las cepas aisladas fueron sensibles a imipenem, amikacina, nitrofurantoína y piperazillina/tazobactam. La sensibilidad a gentamicina, cefepime, cloranfenicol, aztreonam, ciprofloxacina y norfloxacina estuvo entre 50 % y 85 %. Menos del 50 % de las cepas de Escherichia coli fueron sensibles a ampicillín, ampicillín/sulbactam, cefazolina, cefuroxima, ceftriaxona, cefotaxima, tetraciclina, cotrimoxazol y ácido nalidíxico.

Pseudomonas spp.: Más del 90 % de las cepas fueron sensibles a cefepime e imipenem; 88 %, a ciprofloxacina y piperazillina/tazobactam y entre 50 % y 85 %, a amikacina, tobramicina, gentamicina, ceftazidima y aztreonam. La sensibilidad a azlocillín fue muy baja (36 %).

Staphylococcus aureus: Se observó una alta sensibilidad a gentamicina (91 %), cloranfenicol (86 %), amikacina (82 %), cotrimoxazol (80 %) y tetraciclina (77 %). El 97 % de las cepas aisladas fueron resistentes a la penicilina y el 86 % a la eritromicina, el 46 % fue resistentes a la meticillina (cepas de Staphylococcus aureus resistentes a la meticillina).

Acinetobacter baumannii: Le siguió en frecuencia a S. aureus con el 7 % de los aislamientos reportados y una alta resistencia a los antimicrobianos. De las 19 cepas estudiadas ninguna fue sensible a ceftriaxona, cefotaxima y gentamicina, solo 11 % lo fue a ceftazidima y tobramicina, 16 % a cotrimoxazol y amikacina, 21 % a cefepime y ciprofloxacina, 26 % a piperazillina/tazobactam y 37 % a imipenem. La sensibilidad a colistina fue 100 %.

Enterobacter aerogenes: El 5 % de los aislamientos correspondieron a esta especie, también con gran resistencia a los antimicrobianos. Ninguna de las cepas a las que se les probaron los discos de tetraciclina, gentamicina, norfloxacina y ácido nalidíxico fue sensible; menos del 50 % lo fue a cotrimoxazol, ciprofloxacina, ceftriaxona y cefotaxima. Entre 50 % y 85 % fueron sensibles a cefepime, aztreonam, amikacina y piperazillina/tazobactam, y la mayor sensibilidad se observó con los discos de imipenem y cloranfenicol (91 %) y nitrofurantoína (100 %).

 

DISCUSIÓN

Los laboratorios de microbiología de los diferentes hospitales aportan el material microbiológico para diagnosticar las infecciones intrahospitalarias. La confección del mapa microbiano o el informe acumulado de sensibilidad ofrecen información sobre la frecuencia de los diferentes microorganismos causantes de estas infecciones.

En este estudio, los microorganismos que más se aislaron se encuentran dentro del grupo de los descritos como los más comunes causantes de infecciones intrahospitalarias en Cuba y otros países, y los más frecuentes son los gramnegativos y S. aureus;5-13 de ellos E. coli fue la especie de la cual se hicieron más aislamientos y la que mostró una baja sensibilidad a diferentes antimicrobianos, por ejemplo, a algunos betalactámicos, a la tetraciclina, al cotrimoxazol y al ácido nalidíxico. Con respecto a los betalactámicos, E. coli en su fenotipo natural o salvaje es sensible a todos ellos, la resistencia indica la presencia de betalactamasas, principal mecanismo de resistencia de los bacilos gramnegativos a este grupo de antimicrobianos.14, 15 Esto implicaría el fracaso terapéutico cuando se utilizan algunos betalactámicos como tratamiento empírico.

Con respecto a la tetraciclina, al cotrimoxazol y al ácido nalidíxico, su amplio uso tanto en la comunidad como en las instituciones de salud ha favorecido el desarrollo de la resistencia; sin embargo, la nitrofurantoína, medicamento de uso limitado por sus efectos indeseables en el tracto gastrointestinal, se ha convertido en una alternativa útil para tratar las infecciones del tracto urinario bajo causadas por E. coli. Así se muestra en este estudio en el que la sensibilidad a este antimicrobiano fue 95 % y lo reafirman otrasinvestigaciones con resultados similares.16,17

La sensibilidad de E. coli a la amikacina (95 %), al imipenem (98 %) y a la piperazillina/tazobactam (90 %) fue muy similar a la descrita por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica en el mapa microbiano de un centro hospitalario de ese país, en el cual se reporta para estos antimicrobianos una sensibilidad de 96 %, 100 % y 83 %, respectivamente.18 Este hecho llama la atención hacia la importancia de utilizar dichos antimicrobianos solo en los microorganismos resistentes a otros de espectro más limitado para evitar el incremento de las cepas resistentes y así preservarlos como alternativas eficaces.

En nuestro estudio la sensibilidad de Pseudomonas spp. al imipenem fue alta, también a cefepime, piperazillina/tazobactam ciprofloxacina y amikacina, lo que coloca a estos antimicrobianos como las mejores opciones para su tratamiento. Sharma y Srivastava en un hospital de Jaipur, India, han tenido resultados semejantes durante el mismo período.19

En el Hospital Universitario de la Ribera, España,16 describen mayor sensibilidad de Pseudomonas aeruginosa a amikacina (90 %) y menor a imipenem (86 %). En un estudio realizado en un hospital provincial de Cuba también se reporta una alta sensibilidad a imipenem (89,2 %), pero más baja a la amikacina (78,6 %) en comparación con los estudios comentados anteriormente.9

Esto puede explicarse por las diferencias que existen entre cada entorno hospitalario, hecho que justifica la realización de estudios locales que permitan guiar adecuadamente los esquemas de tratamiento.

Es importante destacar que Pseudomonas aeruginosa posee una elevada resistencia intrínseca a un gran número de antibióticos debido a diferentes mecanismos como: las bombas de expulsión, la reducida permeabilidad de su membrana externa y la presencia de una betalactamasa cromosómica inducible de tipo AmpC, que en condiciones basales no afecta a las ureidopenicilinas, monobactams ni a las cefalosporinas antipseudomónicas, pero al producirse una mutación en el gen AmpD puede desreprimirse total o parcialmente y producir resistencia en grado variable a ticarcillina, piperacillia, aztreonam, ceftazidima y cefepime.20,21 Por otra parte, puede adquirir carbapenemasas u otras enzimas modificadoras de antibióticos o sufrir pérdida de porinas, lo que puede afectar la sensibilidad a los carbapenémicos y a las fluoroquinolonas.20,22 Esta característica limita las opciones terapéuticas y hace que los aislamientos que inicialmente eran sensibles puedan volverse resistentes a los 3 o 4 días de iniciado el tratamiento, por lo que la repetición de los estudios de sensibilidad evitaría continuar administrando un antimicrobiano que ya no es útil.

Staphylococcus aureus resistente a la meticillina es en la actualidad uno de los microorganismos incluidos en el grupo de los que generan mayor resistencia y se encuentran en mayor proporción en los hospitales. El patrón de resistencia de Staphylococcus aureus resistentes a la meticillina (SARM) incluye todos los betalactámicos, con excepción de las cefalosporinas de quinta generación, la ceftarolina y el ceftobiprol, y se debe a la presencia del gen mecA, el cual está integrado en el casete cromosómico SCCmec. Este gen codifica la producción de una proteína de unión a la penicilina modificada, la PBP2a, que presenta una baja afinidad por los betalactámicos.23

Estas cepas, especialmente las relacionadas con la asistencia sanitaria, además de la resistencia a los betalactámicos, tienden a ser multidrogorresistentes, es decir, resistentes a varios grupos de antimicrobianos como: aminoglucósidos, macrólidos, quinolonas y tetraciclina, entre otros; incluso la multirresistencia apunta a la posibilidad de resistencia a la meticillina.24,25

En Europa, la prevalencia de SARM varía de 1 % a 50 % en dependencia de los países,26 en algunos hospitales de Latinoamérica oscila entre 32 % y 60 %,27-29 y en estudios realizados en hospitales de Cuba se reportan valores cercanos al 50 % 30,31 al igual que en este estudio (54 %).

Es importante señalar la tendencia al incremento de cepas SARM que se encontró durante el período 2010-2012 en un estudio realizado en el Hospital Pediátrico "Juan Manuel Márquez" de La Habana, ya notado previamente por Nodarse32 en el Hospital Militar "Dr. Luis Díaz Soto" y por otros autores en distintos países,2,33-35 y que pudiera estar ocurriendo en otros hospitales de nuestro país. Este hecho plantea la necesidad de vigilar estas cepas y frenar su diseminación, en este último punto algunos autores plantean dos medidas fundamentales: el aislamiento y la descolonización de los pacientes infectados.24,36

Otro desafío para el médico asistencial es el tratamiento de Acinetobacter baumannii, cuarto microorganismo más frecuente en las muestras de los pacientes ingresados en el Hospital "Salvador Allende" durante el período de estudio.

Acinetobacter baumannii puede colonizar personas sanas, lo que indica que la fuente de las infecciones nosocomiales puede ser tanto endógena como exógena. Este microorganismo forma parte de la flora normal de la piel de las axilas, las ingles y los dedos de los pies, así como de la cavidad oral, del tracto respiratorio y del intestino. Cuando existen factores de riesgo como el alcoholismo, el hábito de fumar, la diabetes mellitus y la enfermedad pulmonar crónica pueden aparecer infecciones que se adquieren en la comunidad, ya que esos pacientes suelen sufrir cambios en la piel y las mucosas capaces de favorecer el desarrollo de este microrganismo.37

En el ambiente del hospital se ha aislado Acinetobacter baumannii en los humidificadores de aire, en el agua del grifo, en el lavamanos y en los equipos de ventilación, los cuales tienen la capacidad de nebulizar el microorganismo; además se ha encontrado en tubos, catéteres y cuñas. Los factores de riesgo específicos para que se produzca la infección son: larga estadía hospitalaria, operaciones, heridas, infección previa, contaminación fecal, tratamiento con antibióticos de amplio espectro, nutrición parenteral y uso de catéteres y otros instrumentos.37

Además de su ubicuidad, la otra característica importante de A. baumannii es su resistencia a los antibióticos, debida a las limitaciones de los antimicrobianos a acceder al interior de la célula bacteriana, ya sea por la relativa impermeabilidad de su membrana externa o por las bombas de eflujo capaces de expulsar de forma activa un amplio espectro de agentes antimicrobianos que actúan sobre la pared de las células bacterianas; por la presencia de numerosas enzimas inactivadoras de betalactámicos, tanto cromosómicas (AmpC) como adquiridas, que favorecen la resistencia a la mayoría de los betalactámicos y, por último, a las modificaciones en los sitios diana, mecanismo implicado en la resistencia a la colistina y a las quinolonas; además es frecuente que coexistan varios mecanismos.20,38,39

En nuestro estudio al igual que en numerosos realizados en Cuba y otros países 39-43 también se constató una alta resistencia de A. baumannii a todos los antimicrobianos, ya que menos del 50 % de las cepas fueron sensibles a los que se probaron, de lo anterior se exceptúa la colistina, antimicrobiano al que ninguna cepa de A. baumannii fue resistente, resultado similar al descrito en el proyecto Disminución de la Infección Nosocomial (DIN) en las unidades de cuidados intensivos (UCI), en el que participaron 16 UCI cubanas con el objetivo de caracterizar la incidencia de las principales infecciones relacionadas con el cuidado sanitario en el año 2013.42

Clínicamente, en un estudio realizado en la UCI del Hospital Militar Central "Dr. Carlos J. Finlay" de La Habana en el período comprendido entre enero de 2010 y diciembre de 2013, el mayor por ciento de supervivencia de los pacientes con diagnóstico de neumonía causada por este microorganismo se observó en los que fueron tratados con colistina, aunque se informa que no hubo significación estadística.44

Sin embargo, para este antiguo antibacteriano que es uno de los últimos recursos terapéuticos contra A baumannii en la actualidad, ya se ha descrito resistencia, y su causa es el gen mcr-1, el cual fue identificado en noviembre de 2015 por científicos chinos y representa la primera resistencia conocida a las polimixinas mediada por plásmidos. Cuando este gen se introduce en un organismo productor de carbapenemasas, es decir altamente resistente, el resultado puede ser un organismo panresistente que es potencialmente intratable con cualquier agente antimicrobiano existente. Desde su descubrimiento, el gen mcr-1 ha sido identificado en enterobacterias provenientes de seres humanos, animales y carnes en 5 continentes.1,45

Con respecto a E. aerogenes, su sensibilidad fue baja para ceftriaxona, cefotaxima, tetraciclina, gentamicina, cotrimoxazol y quinolonas, y estuvo entre el 50 % y 85 % para cefepime, aztreonam, amikacina y piperazillina/tazobactam. Los antimicrobianos que mostraron mejor actividad fueron imipenem y cloranfenicol (91 % de sensibilidad a ambos). Esto contrasta con los datos de un mapa microbiano de un centro hospitalario que fuera realizado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, mencionado anteriormente, donde la sensibilidad descrita para amikacina, cefepime e imipenem es 97 %.

La resistencia de E. aerogenes a las cefalosporinas de tercera generación no es rara debido a que produce una betalactamasa cromosómica del tipo AmpC y con el uso de estos antimicrobianos pueden seleccionarse mutantes desreprimidos ya existentes que son resistentes a dichas cefalosporinas y, ocasionalmente, al cefepime, pero no a los carbapenémicos.15

Sin embargo, en este estudio se observó también resistencia al imipenem, lo que implica la adquisición de uno o varios de los mecanismos involucrados en la resistencia a los carbapenémicos, por ejemplo, los cambios de la membrana externa en las proteínas, las bombas de eflujo inespecíficas, la producción de enzimas del tipo betalactamasas y las modificaciones del sitio diana.46

La baja sensibilidad a las quinolonas y a la gentamicina indica una acumulación de mutaciones en los genes de las topoisomerasas, fundamentalmente gyrA y parC, y la presencia de enzimas inactivantes. Estos dos son los principales mecanismos mediante los cuales las enterobacterias normalmente alcanzan la resistencia clínica a estos antimicrobianos.15

Consideramos que la principal limitación de este estudio, debido al corto período analizado, es que en la mayoría de los casos no se alcanzó el número de 30 microorganismos de la especie o grupo estudiado para garantizar la validez estadística de los resultados según recomienda el CLSI.47

 

CONCLUSIONES

Este estudio mostró una baja sensibilidad de E. coli y E. aerogenes a las cefalosporinas de tercera generación, lo que está en relación con la actividad de las enzimas betalactamasas en estos microorganismos. Por otra parte, ambos microorganismos tuvieron alta sensibilidad al imipenem, a la nitrofurantoína y a la amikacina, esta última con mejor actividad que la gentamicina, por lo que sigue siendo un antimicrobiano útil, especialmente ante el incremento de la resistencia a los betalactámicos, y al igual que en el caso de los carbapenémicos, se impone reservar su uso para el tratamiento de infecciones cuando no existan otras alternativas.

La alta sensibilidad de Pseudomonas spp. al cefepime, al imipenem, a la ciprofloxacina y a la piperazillina/tazobactam hace de estos antimicrobianos el medicamento de elección para el tratamiento de las infecciones por Pseudomonas ssp., no así el azlocillín.

Como sucede en otros hospitales de Cuba y de otros países, en las cepas de A. baumannii predominó la multirresistencia, pero se demostró que la colistina puede ser una alternativa eficaz para el tratamiento de las infecciones producidas por estos microrganismos.

Staphylococus aureus tuvo una elevada resistencia a la penicilina y a la eritromicina; sin embargo, los aminoglucósidos, el cloranfenicol, la tetraciclina y el cotrimoxazol, mostraron que pudieran ser los medicamentos de elección para tratar las infecciones causadas usualmente por este microorganismo. Un por ciento elevado de las cepas fue resistente a la meticillina, lo que está en concordancia con lo que se ha informado en otros hospitales del país.

 

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Recibido: 05 de marzo de 2018.
Aprobado: 23 de agosto de 2108.

 

 

Lorena Monté Cepero. Hospital Clínico Quirúrgico "Salvador Allende". La Habana, Cuba.
Correo electrónico: lorena.monte@infomed.sld.cu

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